aún sabiendo que nadie va a ser como tú,
aún sabiendo que te busco a ti y no a otros.
Lo que no sé -o me cuesta asumir-
es que todas consigan llenarte
y yo -puede que sea insaciable,
porque solo me llenabas tú-
me esté convirtiendo en el antónimo del amor.
Para qué sirve el amor si no es para hacerlo contigo,
si no es para que seas lo último y lo primero que vea en el día
y para alegrármelos,
si no es para que me quieras,
si no es para que supieses todas mis debilidades y aún así,
aún así no te hubieses ido.
Tú sigue con cualquiera,
que yo seguiré echándote de menos,
no es tu culpa,
es la mía por pensar que te quedarías junto a mi desastre y no prever
que serías los restos de mi último naufragio.
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