Día 388 después de ti y me sigo ahogando si no te tengo cerca.
Quizá querer sea aprender a dejar ir cuando una sonrisa es condena suficiente para toda la eternidad.
Quizá deba aprender a dejarte ir
-de mi cabeza,
de mi vida,
de mi todo-
y convertirme en el epicentro de mí misma.
Una autopista infinita y yo solo te veo a ti como única salida,
eres el final de todos mis sueños
y el principio de todo lo que nunca volverá a suceder.
No consigo desprenderme del dolor que me has provocado
pero así al menos sigo agarrándome a algo tuyo.
¿no deberíamos dejar de querer cuando nos duele demasiado?
¿cuándo se echa de menos lo suficiente como para anhelarte a ti mismo?
Quizá todo esté en mi cabeza
y después de la última copa
te quedes en mi peor pesadilla.