jueves, 20 de agosto de 2015

Pesadillas.

Noche 389 después de ti y sigo sintiéndote palpitar a mi lado. 
Día 388 después de ti y me sigo ahogando si no te tengo cerca. 
Quizá querer sea aprender a dejar ir cuando una sonrisa es condena suficiente para toda la eternidad. 
Quizá deba aprender a dejarte ir 
-de mi cabeza, 
de mi vida, 
de mi todo-
y convertirme en el epicentro de mí misma. 
Una autopista infinita y yo solo te veo a ti como única salida,
eres el final de todos mis sueños
y el principio de todo lo que nunca volverá a suceder. 
No consigo desprenderme del dolor que me has provocado
pero así al menos sigo agarrándome a algo tuyo. 

¿no deberíamos dejar de querer cuando nos duele demasiado?

¿cuándo se echa de menos lo suficiente como para anhelarte a ti mismo?

Quizá todo esté en mi cabeza
y después de la última copa
te quedes en mi peor pesadilla. 

lunes, 3 de agosto de 2015

Llévame contigo.

¿Qué se hace cuando el amor de tu vida tiene otro amor de su vida?

Tu recuerdo me lleva a la melancolía que conlleva añorarte sin llevarme al olvido. 
Si vuelves llévate todo.
También los pedazos rotos de corazón,
      sólo cortan. 
Todo es una metáfora que termina en:
sin ti, yo no. 
sin ti, yo no soy. 
sin ti, yo no puedo. 
y no te tengo. 
     y tú no. 
También te puedes llevar mi casa,
para que entiendas que mi único refugio eras tú,
que donde estés está mi hogar,
que donde seas, yo soy. 
Si te pones, llévate también la primavera que plantaste en mi interior
y se ha ido degenerando en un invierno interno desde que te fuiste. 
Llévate mi voz,
no me sirve si no es para gritar que te quiero. 
Y mis ojos,
que no te ven. 
Y mis manos,
que no te tocan. 
Y mis labios,
que los abandonaste a la intemperie. 
Llévate también la tristeza,
que no me sirve si no estás tú para curármela. 

Y llévame contigo,
pero no me sueltes,
por favor.