miércoles, 29 de junio de 2016

Muñecas.

resurgir de entre las cenizas,
la muñeca nueva que se compra una niña
y acaba olvidada en el fondo del cajón,
con polvo y roto el corazón. 

esa es la metáfora que mejor define mi vida,
la soledad de estar sin saber que estoy
y de volver cuando me tengo que largar. 

voy a jugar a ser invencible
y derribar las barreras 
entre tu boca y la mía. 
     pero acabo herida
y tú no me lames las heridas. 

mi destino tiene una concepción helicoidal del tiempo,
expansiva y circular,
donde por muchas vueltas que dé
nunca me llegarás a querer. 

¿las cenizas también son ruinas?

quizá, a fin de cuentas
sea una muñeca de segunda mano
a la que han vuelto a romper
y no se puede resolver el rompecabezas
para encajar de nuevo todos los pedazos. 

y las ruinas también son pedazos. 

lunes, 2 de mayo de 2016

Salida.

Echar tanto de menos que sientes cómo 
se te desborda el corazón. 
Y la sangre fluye por todas las calles
que nunca me llevarán hacia ti.
Expongo mis heridas como derrota
y asumo la derrota como naufragio.

Sin salida pone en la utopía de tu recuerdo,
si supiesen que eras mi salida de emergencia 
tantas noches en vela. 
¿Y la salida de emergencia ahora que ya no estás?
Estoy 
abandonada 
a
la 
intemperie. 

Y nadie consigue salvarme
de este infierno gris 
que es no verte
cada día despertar. 

sábado, 27 de febrero de 2016

recuerdos y olvidar.

(nunca se olvida del todo a una persona. 
nunca se olvida completamente un lugar.
es imposible olvidar la forma en que te hacían sentir.)
camino por la calle
y todos los teléfonos rotos
comunican con tu recuerdo. 
pregunto cómo se (te) olvida 
y siguen comunicando con cómo me hacías sentir. 
en el contestador dejo los versos 
que nunca me atreví a recitarte 
en esa inmensidad de mirada
que te absorbe como el mar,
te atrapa,
te lleva
y naufragas. 
si te vas no sé cómo seguir
y ya te has ido. 
enlazo las carcajadas,
y tus manos,
y la felicidad
y no sé cómo salir de este bucle de tristeza,
de corazones rotos,
de heridas abiertas,
de ti. 
estoy cansada ya de despedidas
y tú, chico de los ojos mar,
nunca te llegaste a despedir del todo.
ni tu recuerdo tampoco lo hace.